El filtro de combustible es una pieza clave para proteger el motor y mantener un óptimo rendimiento ya que es el encargado de impedir que las impurezas del combustible lleguen al sistema de inyección, de manera que si está obstruido por suciedad, partículas, o sedimentos del propio depósito, se reduce el flujo de combustible, lo que provoca que el vehículo pierda fuerza y potencia, sobre todo en rampas pronunciadas, de tirones al acelerar, o le cueste trabajo mantener velocidades altas y constantes, a lo que hay que unir un aumento del consumo de combustible y una mayor emisión de humo.
En Talleres Love My Car, y dentro de nuestro Servicio de Mecánica Rápida, comprobamos y en su caso sustituimos el filtro del combustible, sustitución que suele recomendarse cada 30.000 kilómetros, aunque esta cifra depende de si el motor es gasolina o diésel, estos últimos tienen intervalos más cortos, si ha repostado en gasolineras de bajo coste, apura el combustible, o ha realizado viajes o travesías por zonas desérticas, como es el Sur de Marruecos, donde muchas veces el combustible es de muy baja calidad y está mezclado con agua.